El local en si es
sencillo, muy en balnco encalado y con algunos bancos corridos aparte de las
mesas pequeñas. Es cómodo. La carta es bastante variada y como íbamos muchos,
probamos bastantes cosas. De antemano decir que nos sorprendió para bien.
Aparte de de buenas raciones, sabores muy logrados. Nunca se sabe si es así en
Grecia, pero nos gustó. Lo que no me gusta nada son los nombres. Como para
acordarse. Y en la web no viene la carta, así que tratará de describir lo mejor
que pueda.
Pedimos un par de
surtidos de entrantes, que traían hummus, puré de berenjena y otras cuantas
pastas del estilo para untar. También traía pequeños hatillos de hoja de parra
rellenos de arroz, muy sabrosos. Con esto ya cayó el primer cesto de pan de
pita, que es un vicio.
Pedimos un pulpo
a la brasa, correcto pero que creo que
debe estar ya en el 99% de las cartas de los restaurantes. Aun así, picamos
porque nos gusta. Y no estaba mal.También probamos
un queso frito con salchichas especiadas. El queso no tenía demasiado sabor,
pero la salchicha lo apoyaba bien.
Entre los
segundos, unas enormes porciones de musaka, que estaban muy buenas además. El
tamaño me permitió atacar a las de otros.
Yo me pedio un
estofado de cerdo con una salsa de yogur que me gustó mucho, acompañado con
arroz.
Se disfrutó también
de unos hojaldres de pollo y un plato de cordero a la brasa. En general el
nivel nos pareció muy bueno, no hubo plato que no le diéramos salida.
A los postres
hubo mucho yogur griego con miel, que lo cierto es que estaba rico.Yo me agencié un
pastel de cabello de ángel con helado de vainilla que era una bomba de dulce.
Con las bebidas y café, aunque está mal cotillear la
cuenta cuando invitan, salió sobre los 200 para 8 adultos y dos niños que se
zamparon menús infantiles. Así que en realidad, sin contar los menús,
veintipoco por persona con truco, eso sí, que íbamos con el descuento de El
Tenedor.
Muy rico, me gustó la experiencia. Así da gusto celebrar cumple!
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