
El menú va desplegando primero una serie de entrantes y despues los principales, todo al centro para compartir. Acompañando a unos panes de pita, empezamos realmente rápido. Fue pedir y en cinco minutos ya estabamos comiendo. Un hummus suave, con bastante menos comino del que pongo yo y con un poco de pimentón. Un pure de berenjenas asadas, moutabal, muy rico también. Una ración de patatas aliñadas con limon y hierbas, bastante fuertes.Y en cada plato, un falafel, frito a base de lentejs y verduras, un borek, rollito de pollo picado especiado, más normalito, un dolmeh, hoja de para rellena de arroz y verduras, de sabor muy fuerte, ácido, no me gusto demasiado y una albondiga de carne de cordero, kibbe, parecido a una hamburguesilla. El menú se presumía ya que iba a ser abundante.

Los segundos no fueron menos cuantiosos. Un gran bowl de cus cus con verduras cocidas que acompañan de un caldo de las verduras. Te vas sirviendo en el plato y lo riegas con el caldo. Estaba muy sabroso. Me gustó mucho. Algo más flojo el tagine de pollo con limon, acompañado de arroz. Si bien el pollo estaba muy jugoso, no tenía demasiado sabor.

Los postres, escasos para la media del menú, fueron unos hojaldres rellenos de almendra y miel, almibarados, densos, y unas trufas de chocolate que no parecían pegar mucho con el resto. El menú mereció mucho la pena para probar todas esas especialidades. Con las cervezas y las cocacolas de rigor, salimos a 27 euros por persona, muy correcto y recomendable. Por cierto, no nos cobraron una cerveza y se lo dijimos. Al rato vinieron y no solamente nos dijeron que no nos cobraban la cerveza, sino que nos invitaban a un té (que rechazamos porque la verdad es que no nos apetecía). Todo un detalle.
A mi al igual que a tí, me enanta probar sitios nuevos y experimentar todo tipo de platos extraños para mí.
ResponderEliminarAquí en mi pueblo esta la cosa escasa, pero cuando salgo, me vuelvo loco
Saludos