
Se pidiéron como entrantes unas verduras a la parrilla, correctas y algunas sopas castellanas, un pelín sosas, con su huevo y su jamón picado.


De principales, carnazas varias. Bandeja de tierno cordero para tres, que se soltaba de los huesos sólo con mirarlo.

Yo tire de un jugoso entrecot, de muy buen sabor.A mi lado perecieron unos buenos solomillos.

Antes del postre alguién lanzó un órdago y se pidieron unos pinchos de morcilla, así, por probarlos. “No nos vamos a ir de Burgos sin decir que hemos probado la morcilla!!”. Hermosos trozos, de mínimo dos bocados aunque algún intento acertado hubo de ingerirlos de uno solo. A los postres, alguna tarta, algunos cafés y algún licor para los no conductores.Salimos a unos 3o euros, creo recordar.Y vuelta hacia Madrid, con el estómago lleno, la cabeza descansada y un buen saco de buenos recuerdos.
Y para acabar, pues fotillo descansando los pies en el Cares, tras la primera parte de la ruta.Efectivamente, me apretaban los calcetines...:)

Que cosas tan ricas compraste. Ahora me vendría bien un poco de cabrales que tengo una recetita pendiente con ese ingrediente. Ya sé que voy al super y lo compro pero no es lo mismo!!
ResponderEliminarEn Burgos hay un sitio que no me acuerdo que se come de fábula, el mejor rabo de toro que he probado en mi vida!
Besis!
Un viajecito de estos me tengo que hacer algún día, a ver si me animo, pero esta la cosa ultimamente achuchada.
ResponderEliminarSaludos
Que viaje!!! Como a mi me gustan gastronómicos, que la cultura no está reñida con el estómago. Yo hago lo mismo, regreso cargada de recuerdos comestibles y algunos kilos más, pero merece la pena.
ResponderEliminarSaludos.
Post a post me has ido dando más envidia y ya en este...con esa foto de la sopa castellana...umm que rica!! Por mucho que digas que estaba sosa, me la tomaría encantada para tener el lujo de poder hacer una crítica!!
ResponderEliminarEn serio me alegro mucho que lo pasarais tan bien. No perdais estas costumbres!!