martes, 20 de julio de 2010

La Misión, cuatro de cinco

Tórrida tarde de verano, buscábamos restaurante con terracita. Es un poco engañarse, ya que en Madrid, cuando el calor aprieta, las terrazas apenas alivian nada el sofocón. Donde esté el aire acondicionado, no hay color. Pero tienen su encanto y una vez caída la noche merecen la pena. Y buscando, buscando, dimos con “La Misión”, en la calle José Silva 22 (Madrid). Es del mismo grupo que “Sibara”, “El Olvido” o “El recuerdo” (ver Guía de Restaurantes LP para más datos). Ya hemos visitado pues cuatro de los cinco que componen este emporio restaurantil. El quinto, ahora me entero, va a estar complicado: tiene un nombre largo “Dolores…but you can call me Lolita”, y el paseo para visitarlo es mas largo aún: está en Miami!!!

Éste anda mucho mas cercano, perpendicular a Arturo Soria, ubicado en un pequeño chalecito. La terraza esta bajando unas escaleritas que en nada favorecen que corra airecito. Por ello tienen unos ventiladores cañeros dándole vueltas al ambiente. Luces indirectas y velas para una iluminación agradable, quizás un pelín escasa. Se puede reservar en dos turnos diferentes, pero no en la terraza. Ahí el primero que llega se la lleva. Hay unas 10 mesas, así que hay que espabilar. A eso de las 21:45 ya no quedaba ninguna.

El sistema del restaurante es el mismo del resto del grupo: un primero a elegir entre unos 15 diferentes y un segundo a elegir entre tres grupos, a diferentes precios, entre los 17,5 y los 23,5 euros. Con cada segundo, gratis un primero, es su publicidad. Así que precio contenido (aunque este es un pelín mas caro que “El Olvido” o “El Recuerdo”).

Siendo cuatro, pues cuatro primeros y otros tantos segundos. De inicio pedimos las croquetas de calamares en su tinta, curiosas como idea, razonables de sabor. Con unas formas algo irregulares.



Hubo un gazpacho con su guarnición, una ensalada César y una sartén de huevos rotos con ibérico. No estando mal, prefiero los huevos revueltos con picadillo de los otros restaurantes del grupo.



De segundos unos rollos de salmón fresco con verduras y gambas, con una salsa como de marisco muy ricos:



Un muy generoso arroz a banda con alioli:



Un bacalao dourado, con sus patatas paja y revuelto en huevo:



y unas mini hamburguesas de Kobe, el peor de los cuatro, sin ninguna historia:



A los postres, a 2,50 la unidad, pedimos un refrescante carpaccio de frutas con yogur, unos sorbetes al cava y un helado de yogur con Baileys y galleta, que fue el mío y me pareció muy correcto. Con una botellita de vino, un Viñas del Vero Merlot sobre los 13 euros, los refrescos, alguna cervecita y dos cafés, salimos a 32 euros por persona. Lo dicho, un pelín mas que en sus hermanos gemelos, pero bueno, bien por su terraza.

Ah, no me olvido de agradeceros a vosotros, lectores de este humilde blog, el que os vayáis poniendo como seguidores via Google Friends .Ya hemos pasado la treintena: ya podriamos llenar algún restaurante de los que he visitado...

1 comentario:

  1. muy recomendable si buscas un sitio romántico y con terracita ya que la casi única iluminación que hay es con velas en las mesas y en las paredes.

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