miércoles, 22 de abril de 2015

Echan la caña y los peces picamos: A Tarte

A pesar de vivir en compañía del mundo de la publicidad, siempre he sido bastante escéptico respecto a su eficacia. Realmente compramos lo que nos venden? Cuántas veces vemos un anuncio y nos hace gracia, lo recordamos pero no qué es lo que anuncia? Es más, diría que nos gusta pensar que tenemos una personalidad arrolladora y que no hay quien influya en nosotros. Dueños de nuestras decisiones.
Pues si…Fue ir paseando por el Corte Inglés de Orense y de repente, de reojo ver un kiosquillo con unas tartas. Seguimos andando pero 10 metros adelante me digo “Coño, esas tartas salían en el periódico”. Llegas, las ves y tienen porciones a 1,95€. Sacas los dos euretes y cuando te quieres dar cuenta, ya eres un pez más. No un pez. Un pescado. El cebo en cuestión fue algo llamado A Tarte  , una tarta de almendras importada de Portugal que se ha puesto de moda, literalmente de su web “la almendra que soñaba ser tarta”. Y las ves aquí y allí y al final, pues eso, la miras de reojo al pasar y picas. (foto de su propia web)

 
Lo cierto es que es una tarta sorprendente, pese a la mezcla de almendras y toffe no es pesada ni empalagosa. Tiene un punto de sabor a tostado, incluso salado (dentro de lo dulce) que hace que aunque debe ser una bomba calórica te puedas comer una racioncita totalmente a deshoras como hice yo. Por si os interesa picar también, las venden, aparte de en las puertas de supermercado del Corte Inglés de Orense, en el Mercado de San Miguel. Pececitos, pececitos….!!!

lunes, 20 de abril de 2015

Acertando con L'artisan

De cuando en cuando seguimos las recomendaciones de Club Kviar. En general nos han funcionado bien. Y ésta ocasión ha sido de esas. Hay que tener en cuenta que partes con la ventaja del 30% de descuento, y eso en algunos sitios hace mucho a favor de que la comida se disfrute más.
Elegimos para una comida de sábado L’Artisan, un restaurante definido como francojaponés en la calle Ventura de la Vega, Madrid. Apetecían sabores frescos y comida poco pesada. Todo eso lo tuvimos.
El local, muy chiquitito y alargado, sin grandes pretensiones, muy funcional. Había pedido la reserva en la planta de abajo, pero a medio día estaba cerrada y me dijeron que con Kviar, además, no daban mesa en esa zona (¿). Simplemente es más bonita,. Pero lo cierto es que nos dieron una mesita justo en la puerta, en la que corría el aire de la calle, se podía cotillear y ciertamente por esas cosas de la vida nos pareció con encanto.


 
Nos pedimos de entrantes la degustación de best sellers: un plato que incluia una fresca ensalada de manzana y aguacate, un tartar de chicharro deliciosamente aliñado, complementado con un poco de puré de berenjena, unos makis ricos aunque sin mayor historia, unas sardinas en tempura rellenas con albahaca de las que me hubiera comido 15 y un ceviche de corvina perfecto de punto, con su toquecito picante. Todo sabores muy suyos, que apetecía mucho.
Contra toda la estadística ambos cogimos pescado de segundo. Laura el Pez mantequilla, tierno, sabroso y nada pesado.Para mí un riquísimo pez limón a la parrilla, con un risoto de lima y berros que en sí era un plato rico ya. Ambos pescados fueron un acierto.
De postre compartimos una paulova de fruta de la pasión, dulce y ácida a la vez, buen punto final a una gran comida. 
Con su tres cervezas y dos cocacolas (y el descuento), unos 25 euros por persona pagados con mucho agrado, una comida diferente. Lástima de fotos, la que ilustra el post es de Internet, que muestra la entrada... perdí las de los platos, pero al menos queda la referencia.

jueves, 16 de abril de 2015

Exito asegurado en Luarca: El Barómetro.

Prácticamente siempre que hemos ido a Asturias nos hemos pasado por Luarca. Es un pueblo con mucho encanto, con su paseo por el puerto, un cementerio que hay que visitar (si, es muy bonito!!!), y el Aula del Mar, que aunque ahora creo que está cerrada era curioso, ya que tienen calamares gigantes, algunos de más de 10 metros de largo tentáculos incluidos!!! (foto sacada de la web de Cepesma). Buena ración sale de ahi...



Pero lo que nunca nos perdemos en Luarca es la visita a “El Barómetro”, en el paseo del puerto. Un sitio chiquitito que ya descubrimos y que con ésta ya van cuatro visitas. No se nos ocurre ni intentar probar otro sitio. En fin de semana o vacaciones imprescindible reservar….o presentarte a comer a las 12:45 como hicimos esta vez nosotros…:) Cometimos el error de no reservar con tiempo pero lo solventamos así. Dice mucho que no sólo estuviera lleno, sino que la mesa mas grande (dentro de lo pequeño que es el sitio) fuera de gente del pueblo celebrando algo. Si van los del propio pueblo, ya se sabe, van sabiendo lo que hay.
Nosotros vamos siempre por la fabada o las fabes con almejas, infalibles. En esta ocasión disfrutamos de ambas. De entrante unos chipirones fritos, extratiernos.



De segundo, fabada para Laura, fabes con almejas para mí. Te ponen un pucherito para servirte (en la foto el de fabada). De cada uno de ellos salen tres platos hermosos!!!! Yo me puse tibio, hasta el punto de luego no cenar. Me tomé, en este orden, un plato de fabes con almejas, uno de fabada, uno de fabes con almejas, uno de fabada y uno de fabes con almejas. 5 platitos, oiga!!! Para habernos matado. Doy gracias a Dios (y el resto de la población de la zona debería hacerlo) porque no me dieran gases…habría sido mortal!!! :)



De postre, un deliciosos flan de queso casero. Todo esto con unas cervecitas y cocacolas por 20 euretes por persona. Es uno de los imperdibles!!!!

martes, 14 de abril de 2015

Yakitoro, Chicote en acción.

Por sorpresa de Laura visitamos el restaurante que el mediatico Alberto Chicote ha abierto hace nada (bueno, hace nada cuando escribí la crónica, pero entre que perdí fotos y demás, esto fue el verano pasado!!!!). Se llama “Yakitoro”  , que por lo visto es un juego de palabras entre yakitori, que son las brochetas de pollo a la parrilla japonesas y el muy español toro.
El sitio al entrar sorprende por varios detalles. La cocina esta tras una cristalera a la vista: después de tantos programas de Pesadilla en la Cocina, como para no tenerla disponible para echarle un ojo. Luego tiene varias parrillas de buen carbón distribuidas en la sala, donde los cocineros van preparando las especialidades que lo requieren. Otra curiosidad son las mesas, que tienen una apertura central llena de hielos, para mantener frías las bebidas, especialmente las cervezas internacionales, mientras comes.
Ciertamente nos vino bien tener esos enfriadores, porque en cuanto a los tiempos de servicio, fue un poco en casa de herrero, cuchillo de palo. Entre que pedimos y llegó el grueso de lo pedido, transcurrió algo más de tres cuartos de hora, en los que solo comimos una sardina. Anda que no ha montado Chicote pollos por eso en los restaurantes que visita!!! Tardamos un poco en quejarnos porque parecía que estábamos jugando a imitar el programa, pero tras 40 minutos largos ya dimos el toque. Algún problema debió haber con nuestra comanda porque tras reclamarla en seguida llegó todo.
Curiosamente he perdido las fotos de los platos, pero si conservo esta otra, supermajo el tío...:)
 
 
 
Así que de las viandas, solo descripción:
  • Primero esa sardina, con pan rustico y aceite de mar. En su punto, casi se deshacía en la boca.
  • La tortilla con cebolla y alioli, rematada ligeramente en la parrilla, era curiosa.
  • Muy recomendable el bocata de panceta y pepino, servido en un mollete de pan japonés blanco.
  • El pincho de cocido madrileño, chorizo, tocineta y zanahoria, con su caldo, bien, aunque creo que estaría  mejor en caliente que en frio.
  • Bien las albóndigas de cerdo lacadas con miel de romero.
  • Para acompañar no dejéis de pedir el puré de patatas meloso y las patatas fritas en tempura con salsa de sésamo. Tened en cuenta que todas las raciones son pequeñas (también los precios) y que viene bien un acompañamiento para no solo disfrutar, también llenar…:)
  • Caímos en probar los postres y fue todo un acierto. Por un lado el riquísimo helado de fresa y wasabi, crema de chocolate y galleta de jengibre. Ojo, refrescante pero el punto picante se nota. Así que cuidadín con lo que nos gusta a la hora de pedir.
  • Por otro lado el crumble de manzanas con helado de vainilla, bien dulce, más clásico.
 
Salimos del sitio contentos por unos 20 por persona con las cervezas y la coca cola.

domingo, 12 de abril de 2015

Tierra Astur, no apto para ir sin hambre.


Como podréis imaginar, la buena comilona de la entrada anterior fue costosa de bajar. Paseo por Oviedo con buena temperatura, visita a algún pueblecito cercano…Pero lo cierto es que no fue suficiente. Llegué a la cena con el hambre más bien justa. Y eso en Asturias se paga. Por varias recomendaciones nos acercamos a Colloto, pueblo muy cercano a Oviedo, a un polígono industrial donde hay una sucursal del restaurante Tierra Astur. Hay otro en pleno Oviedo, en la calle Gascona, más chiquitito. Pero el de Colloto, en mitad de ese polígono (punto negativo) es espectacular por dentro (punto positivo). Enorme, con botellas de sidra decorando el techo, barriles enormes dentro de los que hay mesas para seis personas. Y un ambientazo tremendo (nos costó salir del mogollón que había en la puerta cuando nos fuimos!!!)
La carta, apabullante, muy extensa. Y nosotros sin hambre. Pedimos lo que pensábamos que no sería demasiado. Media tabla de quesos asturianos. La madia tabla resulto ser bastante abundante, variando del queso suave al potente Cabrales o el picante Afuega’l pitu.


Pedimos también la degustación de tortos, unas “ligerísimas” masas de harina de maíz fritas, que se sirven generalmente con picadillo y huevos fritos. Con la llenazón que llevábamos, yo veía la foto de la carta, con ese torto que llevaba un huevo encima, deseando casi que fueran huevos de codorniz. Los cojones!!! Eso es Asturias!! Nos llegaron cuatro tortos para cada uno, coronados cada uno por pisto, morcilla, picadillo y huevo frito (de gallina, claro) respectivamente.
 
 
Se hizo lo que se pudo, que se tradujo que me zampe el de huevo echándole el picadillo encima, para ….aligerar, por decirlo de alguna manera dejándome un torto y enteros el de morcilla y el de pisto. Ricos están, pero era lleno sobre lleno.Mucha cara amenazante pero no pudo ser.


Como estaría el tema para cenar con coca zero en lugar de sidra en una sidrería, estoy mayor…:) Con las bebidas, la cosa se fue sobre los 20 por persona. La de cosas que se quedaron sin probar. Para otra ocasión con más hambre.

jueves, 9 de abril de 2015

Ensalada templada de garbanzos, hinojo y naranja.

El hinojo es una de esas cosas que apenas uso al cocinar porque no le acabo de ver el sitio, pero que me encanta: aroma, textura, ese sabor anisado. Pues en Cocina con Ana vi en su momento una receta que me gustó y se ha aprovechado el cumpleaños de Laura para perpetrarla.



Ensalada templada de garbanzos, hinojo y naranja.
Un bote grande de garbanzos cocidos
Un bote de aceitunas negras sin hueso
Medio bulbo de hinojo.
Dos naranjas
Mezcla de lechugas
Aceite
Sal
Pimienta negra y comino entero y molido.

Se pelan las naranjas a ser posible en plan restaurante fino, quitándoles la piel. Se cortan en rodajas y estas rodajas por la mitad. Se corta el hinojo como si fuera cebolla para ensalada, en pluma. Se sacan los garbanzos del bote, se lavan para quitarle el sabor del juguillo de conservación y se reservan. Se pone una sartén a calentar, sin aceite. Ahora algo peculiar, se pasa a la plancha la naranja. Lo justo para que coja un poco de colorcito por cada lado y. Tras haber planchado toda la naranja, se reserva aparte se añade a la sartén una cucharada de aceite y se saltea el hinojo. Poquito, que quede un poco crujiente. Sacar y reservar. Otro chorrito de aceite y se saltean los garbanzos con las aceitunas, añadiéndoles sal, pimienta negra molida y comino entero y molido al gusto. Yo hecho bastante.
 
Para servir, en una fuente se pone una cama de mezcla de lechugas y se aliña con un poco de aceite y sal. Encima se ponen los garbanzos y aceitunas calientes y se adorna elegantemente(eso lo pensé luego, que habría quedado bien, yo mezclé todo)  con las rodajas de naranja y el hinojo. Un chorrito más de aceite y a comer.

martes, 7 de abril de 2015

180 C: Asturias diferente.

Esta semana santa hemos revisitado zonas de Asturias y conocido alguna nueva. Entre las novedades, Oviedo, que aun no lo conociamos. Muy recogidito, permite visitarlo con tranquilidad paseando. Nos vino bien, porque mucha fue la comida que tuvimos que bajar!!!
Nada mas llegar, tras dejar la habitación del extraño hotel Ayre, teniamos reserva en el restaurante 180 C, en c/Jovellanos 25, Oviedo. Ya teniamos en mente visitas a sitios más tradicionales, asi que aqui optamos por buscar algo más moderno. Tiramos del menú degustación, de 36 euros, que con las bebidas (un blanco fermentado en barrica y las cocacolas) se fue a 46 por persona.

Empezamos con la Crema de guisantes con torreznos, plato agradable, sin más.



Mejor la Ensalada de palometa roja en ceviche de maracuyá con maiz, bien acidita, pero con el toque del maracuyá y el aporte dulzon de la crema de maiz y el crujiente de algunos kikos por ahí sueltos.


Deliciosa Tortilla 180C, una especie de deconstrucción tremendamente cremosa de una tortilla de setas. Mezclar antes de usar.



Los Dumpling de langostino y costilla con salsa ponzu cumplieron. No especialmente sabrosos, pero la salsa ayudaba mucho.




Ricos los Lomos de bacalao sobre un guiso de sus callos con guisantes y sabadiego. Quizas un punto demasiado hechos, pero bien de sabor.




Mejor de punto la Merluza con romescu (Laura no quería bacalao y se lo cambiaron). Eso si, menos sabor tras la potencia del bacalao cuando lo probé.




El Lechal deshuesado con pastel de patatas,berzas y panceta cerro el apartado de salados con buena nota y ya con la panza bien llena.




Aun bien comidos, no sobró nada de La tarta de manzana 180ºc con helado de vainilla, de nuevo una deconstruccion con los trozos de manzana, una crema vaporosa de vainilla, el helado....rico, rico.



En fin, que empezamos más que dignamente nuestro periplo de semana santa. Como se puede ver, nosotros lo de respetar la pascua y esas cosas de la carne...como que poco.:)

domingo, 5 de abril de 2015

Cangrejos a medio vestir.

A poco que te guste el marisco, la combinación de este con el rebozado crujiente y una salsa que acompañe te va a encantar. Lo más difícil de esta receta es encontrar el producto. Y es que la base son los cangrejos de caparazón blando. Yo los compro congelados en las tiendas china de la calle General Margallo, en Madrid. No los he visto en ningún otro sitio. El concepto es que son cangrejos a medio vestir. Según crecen, llega un momento en que mudan de caparazón y por un tiempo, el nuevo esta blandito. Ahí es cuando se pescan. Que se gana con eso? Que se come todo, no hay que andar con miramientos, bocado completo y delicioso. Veis esas pinzas y esas patas? Todo para adentro!!!



Cangrejos Crujientes Cajún.
Media docenita de cangrejos de caparazón blando
Harina de garbanzo
Mezcla de especias cajún/curry
Sal
Mahonesa


Se hace una mezcla con harina de garbanzo, un poco de sal, las especias (si no tienes de esas el curry también le va bien) y agua. Tiene que quedar una pasta como la de rebozar tempura. Parte los cangrejos en cuartos. Pon a calentar abundante aceite, pero que no este a tope de calor, tiene que dar tiempo a hacerse el cangrejo antes de que el rebozado se nos queme…:) Y eso, a freir los cangrejos que previamente se sumergen en la pasta de harina de garbanzo y se sacan cuando empiecen a  coger color. Como consejo, una vez que hayas frito todos, dale gas al fuego para que el aceite ahora sí que esté fuerte y deles un golpe de refrito de 20 segundos antes de servir, para que estén más crujientes.
Les va muy bien una salsita de mahonesa aliñada con las mismas especias o curry que hayas usado en el rebozado. O con wasabi, o con soja....Y unas cervezas bien frías.

miércoles, 1 de abril de 2015

Curry para dummies.

Esta receta, que ya hemos repetido unas cuantas veces, es de esas cuya relación éxito-dificultad es altamente favorable. De hecho, mal se te tiene que dar para liarla. La base de todo es un curry japonés con manzana y miel de la marca Vermont. Yo lo encuentro en el mercado de Chamartín, en La Tienda de Miya. Una vez que se tiene, el resto va solo.



Guiso de curry japonés de pollo (para unas 18 personas!!!)
Kilo y medio de contramuslos deshuesados.
Un kilo de patatas peladas y cortadas en daditos
Dos cebollas grandes, al menos como pelotas de tenis.
Un paquete de Curry como el de la foto, entero.
Arroz blanco cocido.

 
Si leéis la receta del envase de curry las cantidades son menores, pero está contrastado que acepta lo que pongo en la receta y queda perfecto de sabor. Se trocea todo el pollo en trocitos cómodos de comer, hay que tener en cuenta que es guiso de cuchara, así que chiquitito. Lo mismo con las patatas, en daditos pequeños. Se pica la cebolla y se pone a pochar en un poco de aceite en una cacerola grande, ha de caber todo. Cuando empiece a trasparentar, se añade el pollo y las patatas. Se da unas vueltas hasta que al pollo se le quite el color crudo y entonces se cubre de agua fría. Se deja cocer media horita a fuego medio. En ese momento se añade el curry. Se disuelve bien, así que no hace falta desmenuzar, solo dar unas vueltas de vez en cuando. Se deja cociendo a fuego lento 15 minutos, se ve el punto cuando empieza a espesar. Y listo…servir con un poco de arroz blanco. Pocas cosas tan ricas y tan fáciles…:)