jueves, 29 de diciembre de 2011

El Chalet Suizo: Esas fondues...

Como somos de aquella manera, no tenemos suficiente con una comida de empresa. Habitualmente hacemos al menos dos. Esta segunda, más reducida, para los miembros del proyecto actual (edito: rabiosamente actual, mañana ya no será el mío… cosas de no publicar el día después de la celebración aunque esto lo escribí hace unos días).
El lugar elegido gracias a las recomendaciones de Javier fue El Chalet Suizo. Está situado en el complejo del de la Asociación Helvética de Madrid y Colegio Suizo, en la carretera de Burgos Km. 14, ya Alcobendas. Desde luego no está lo que se dice en un sitio de paso habitual. Hay que conocerlo para ir. Bueno es tirar de las indicaciones que da su Web para ir.
Una vez allí, pues como bien reza el nombre, un chalet suizo: maderas por doquier, las banderas de los diferentes Cantones suizos adornando y una carta en la que las especialidades están claras: fondues.
Pedimos para compartir, en plan entrantes, una ensalada de salmón marinado, sin demasiada historia


y un correcto plato de ahumados variados sobre cama de salmorejo. Esa cama prescindible por cantidad y calidad. Los ahumados bastante mejor.


El primer premio del día se lo llevaron las fondues de queso y boletus. Una delicia, con los trocitos de seta flotando en la típica mezcla de quesos de fondue (vamos a ver…ahora sé que es la típica pero no tenia ni idea, no vayamos de enteradillo) que viene siendo gruyère, emmental y appenzeller. Te la sirven con pan cortado en cuadraditos para ir mojando en el caquelon lleno de la mezcla (otro palabro nuevo). El sabor de fondo del boletus da muchos puntos.


Seguimos con fondues de carne, lo que viene siendo fondue bourguignon, tierna, cortada en taquitos, con diferentes salsas para mojar. La carne va en crudo y esta vez el caquelon lleva aceite hirviendo donde freír tus trocitos. Yo, de paso, me freí algún cachejo de pan de la fondue anterior. Ya que estaba…:) Viene con unas patatas fritas que fueron devoradas aprovechando la profusión de salsas. Las cantidades muy correctas, bien dimensionadas para los que estábamos.


Aparte, alguien que no se fiaba mucho de las bondades de la fondue de carne y menos aún de la de queso se pidió un entrecot. Pieza hermosa y por lo visto (que no catado) muy buena.


A los postres cayeron unos fondant de chocolate negro (para mi eso se llama coulant (?)) hermosos,


unos apfelstrudel con helado de vainilla densos y golosísimos


y, como no, una fondue de frutas y chocolate negro. En ésta entré yo. El chocolate no me convenció demasiado, para mi le faltaba un poco de sabor.


También había la posibilidad de que fuera de chocolate blanco (personalmente…puaj!!!!! Chocolate blanco caliente....) y de, válgame Dios, de dulce de leche. Eso tiene que ser una bomba!!!
Bebimos moderadamente unas botellas de nombre irrecordable de Riesling y alguna de un crianza de Ribera de Duero. Ambas cumplieron perfectamente. El precio, con los cafés. Aguas y demás, algo más de 30 euros. Nos gustó bastante y creo que será sitio de repetir, sobre todo por esa fondue de queso.

Y bueno, como sin duda éste será el último post del 2011, desearos a todos una buena entrada en el 2012, año que deseo para todos sea, como poco, un pelín mejor que el previo.


Home burger, nunca sobra una hamburguesa

La urgencia del teatro, que empezaba a las 21:30, nos llevo a buscar un sitio donde cenar rápido. Íbamos a ver “Venecia bajo la Nieve”, que fue entretenida, con Carlos Heredia, Eva Isanta, Marina San José y Pablo Carbonell. Las prisas nos hicieron estar a la espera de que abrieran el "Home Burger Bar" (c / Espíritu Santo 12, Madrid) . Ya habíamos estado y sabíamos que hay que reservar salvo que estés a primerísima hora. De hecho nos dijeron que la mesa teníamos que dejarla en una hora. Ningún problema, la dejaríamos en menos si podemos!!!


Mi ansia de entrantes me pudo y cayeron unos aros de cebolla, rebozados a la cerveza. Que si, que están muy ricos, pero por culpa de ellos nos adelantaron todos los pedido de hamburguesas del resto de mesas. El "tic tac" del reloj nos atormentaba mientras Laura me miraba diciendo “Si es que…el niño de los entrantes!!!!”. Finalmente llegaron las hamburguesas, ambas poco hechas, como las habíamos pedido, y con tiempo de disfrutarlas sin atragantarse…:)
Para Laura una Hickory Burger, con queso cheddar, bacon y cebolla. Para mi, pues como soy yo, la Caprichosa, con queso brie y cebolla caramelizada. Salen las hamburguesas sobre los 12 euros.


No son especialmente baratas pero lo cierto es que están bien. La carne es jugosa y de buen grosor y el pan es más consistente que el habitual de las hamburguesas. Con la digestión en marcha, sin postre, nos toco esprintar un poco para llegar al teatro, pero llegamos…


jueves, 22 de diciembre de 2011

Ribs, no es lo mismo.

Si de costillas hablábamos hace un par de posts, aquí viene otro sitio especializado en las mismas. Sin embargo, por unas cosas u otras, no ha calado ni mucho menos en nosotros como el anterior. La anécdota del “RIBS” no vino muy de jovencitos. Tirando de paga, ya que aún no currábamos, Laura me invitó, con el esfuerzo que suponían esas entonces pesetas, a comer allí. La cuenta serían unas 4.000 de entonces (24 euretes, a que parece menos?). A la hora de pagar…sorpresa!!!! A Laura se le había olvidado (o eso ha mantenido siempre) la pasta… De milagrito juntamos entre los dos esas 4.000 pelillas.
Esta vez no hubo problemas y además íbamos con oferta, un dos por uno en platos de la misma familia. El restaurante elegido es el que está en el centro comercial Plenilunio. Ya que hacía poco que habíamos tomado costillas, optamos por unas fajitas mixtas con sus aliños y unos huevos rancheros, con patatas paja y pisto picante.En general me pareció regulero.


La carne de las fajitas escasa y bastante seca, con muy poco pimiento y cebolla que le hubiera dado un poco más de jugo. Nada que ver con las de nuestro añorado Malpaso, el mexicano que cerraron en la Moraleja. Los aliños, guacamole, pico de gallo, sourcream y lechuga. Algo escasitos también. Los huevos, razonables, aunque el pisto apenas tenía sabor. Eso si, hay que reconocer que la presentación está currada


Vamos, que recordaba con más gracia el restaurante, posiblemente debido a la anécdota. A su favor el refill de refrescos, que para una esponja como yo siempre es agradable. Los precios de los platos, sin ofertas, se ponen en el entorno típico de estos sitios: entrantes sobre los 8, principales hasta los 15 euros.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Vamos de espicha?

Define la Wikipedia como espicha a “una reunión festiva asturiana en la que se bebe sidra. Consiste, o consistía más bien, en juntarse varias personas en un llagar para abrir o "espichar" un tonel de sidra”. La comida de empresa de este año, por cortesía de la compañera Blanca, ha tenido esa temática. En las espichas se comparte comida y bebida, no es en plan plato para cada uno y así lo hicimos. Para la ocasión fuimos a la "Sidrería Fifo", en la calle Francisco Javier Sauquillo, Alcobendas. El local es chiquitillo y entre nuestra celebración (veintipocos) y otra similar estaba el sitio lleno.
Disponen para cada mesa de un escanciador de sidra, esos aparatejos que hacen que no pierdas la mitad de cada botella apuntando con poca fortuna el chorrillo. Se bebió sidra y albariño, pero las cosas no son como antes…Los pedales que alguno se cogía en estos eventos han quedado en nada entre la edad, la lejanía del centro de Madrid y el miedito a los controles y las pérdidas de puntos….Bueno, todo esto y que somos unos tíos responsables y comprometidos…:)


Empezó a desfilar ración por ración, con resultados variados. Algo lenta la cadencia: parecía que estaban un poco sobrepasados por las circunstancias de ambas grandes mesas. Empezamos por una cecina correcta y unos cogollos con anchoas y ventresca, sin más historia.
Tras ellos, tres tortillas, a saber, de cebolla, de pimiento y de chorizo. Muy ricas las tres, especialmente la de chorizo y la de pimientos. De ésta, como de algunas otras raciones, se me escapo la foto.
Tardaron algo en llegar las croquetas de Cabrales, de buen tamaño, cremositas y de sabor no demasiado fuerte (salvo para los que no les gusta nada el queso, que alguna sorpresa hubo).



El bacalao rebozado fue normalito. Llego más o menos a la vez que las patatas Fifo, con salsa de Cabrales. Esas no fallan y llenan, lo que también es importante. Sin foto hubo unos pimientos de Padrón, algo fuera de fechas y unos chorizos a la sidra, fuertes de sabor pero flojos de textura


Los mejillones Fifo eran curiosos. La salsa, una especie de teriyaki dulzona, tenía su punto. Los moluscos bien de tamaño y de cocción.


Las costillas no es que estuvieran mal del todo, pero no puedes ponerles exactamente la misma salsa que a los mejillones en el mismo menú.


Los pajaritos, sin estar al nivel de los de “El corral de la Joaquina” de Pedraza, tenían un pase. Además llevaban gambitas rebozadas, que siempre vienen bien.


Unos espárragos trigueros, pues eso, espárragos.


Pedimos también, aunque no hay pruebas fotográficas, unos entrecotes troceados, para complementar. Lo cierto es que al ser el servicio lento, no acabas de tener nunca la sensación de estar ya saciado, por decirlo de algún modo.
A los postres unas tartas de sidra u orujo y, por desgracia, arroz con leche. Por desgracia porque al verlo (que me encanta) y al ser un asturiano (se les presupone grandes skills en el tema), no pude evitar pedirlo. Muy malo, típica textura de haberse cocido aparte y añadido la leche dulzona después. Ni siquiera estaba en su punto de cocción. Las tartas, normalitas, algo mejores que el arroz pero no para tirar cohetes. Algo industriales.


La cosa se saldó, con los cafetitos, unas cuantas botellas de sidra y vino y demás, sobre los 28 euros (los precios individuales de las raciones están en el enlace que pongo en el nombre). Unas cosas bien, otras no tanto…No hubo opción al chupito invitación de la casa. No sabemos si lo iban a poner o no, pero es que se fue la luz en toda la calle y claro, a oscuras no parecía plan...:) Cuando yo me fui aún seguían así...

lunes, 19 de diciembre de 2011

Clasicazo: Tony Roma's

Cuando hablamos de clásicos, éste debería estar en uno de los puestos de honor. El Tony Roma’s. Para nosotros es el sitio de costillas por excelencia, de los primeros restaurantes en los que celebramos algún cumpleaños, cuando aún éramos unos pipiolillos. Solíamos ir sobre todo al de la calle Génova, no se si fue el primero en abrir, pero era el más asequible en transporte público.
Ahora con coche solemos ir al de la Moraleja Green, con su terracita de verano (cuando solucionen el problema de los mosquitos ahí fuera será la bomba). Es curioso, pero al ser un sitio al que vamos con bastante frecuencia (no menos de una vez cada dos meses), nos hemos dado cuenta de que tanto en éste local como en otros de la franquicia los mismos camareros llevan años currando ahí, cuando la rotación en estos sitios yo pensaba que era alta. Una curiosidad.
Sin duda alguna el rey de la carta es el combo, para dos o cuatro personas, que por unos 20 euros ofrece una bebida, una ración de esos extraños aros de cebolla en forma de torre cuadrada con salsa barbacoa, unos fingers de queso y unos jalapeños rellenos y rebozados con una salsita blanca, desconocida en su elaboración pero decenas de veces devorada, con esos chips crujientes de maíz.



Tras ellos, llega en este caso la bandeja del combo para dos. Un costillar a la bbq y miel, siempre tierno, medio pollo asado, las patatas fritas de rigor y una pequeña ensalada o unos frijoles. Recuerdo aún mi sorpresa al ver la primera vez este pedazo de bandeja. Ahora, más entrenados, nos la jalamos sin pestañear.


La versión para cuatro personas incluye, además de esto, otro costillar extra, unas costillas individuales extragrandes, mazorcas de maíz y un poco más de los fingers y jalapeños. Solemos complementarla con una gran ensalada césar de pollo. Falta foto, porque cuando vamos dos es raro que la pidamos, la cookie con chocolate y helado de vainilla servida en sartén, otro clasicazo. Lo dicho, sobre los 20 euros por persona. Solo les falta incluir la moda del refill de refrescos…Tremendo sería.



martes, 13 de diciembre de 2011

La lombarda y pagar la novatada.

El ser novato se paga casi el 100% de las veces. Cuando nos fuimos a vivir juntos Laura y yo en realidad yo era bastante poco cocinillas. Con ganas, eso si, pero con poca o ninguna experiencia en la mayoría de los campos culinarios. Aun así, a la hora de comprar los utensilios de cocina básicos, había uno al que en teoría le íbamos a dar mucha salida y en el que no nos importó tirar a la gama alta: la olla superrápida. Gracias a unos amigos cogimos una buena WMF a precio razonable, aunque aún así era más cara que otras similares. Que narices!!!! Ahí se iban a cocer grandes cosas!!!! La perspectiva que da el tiempo ha demostrado que poco menos que tiramos el dinero. Apenas le hemos dado uso. Igual la primera utilización me marco un poco, con unas legendarias “lentejas de cimentación” que adornaron una de las primeras entradas de mi primer blog allá por el 2005. Luego resultó que generalmente tengo el tiempo suficiente para hacer las cosas de puchero a fuego lento, sin prisas, y como los resultados son buenos, pues no he experimentado mucho más con las super olla. Realmente, sólo la usamos para una cosa: la lombarda. Y nos encanta.Ahora en invierno se agradece especialmente pero la comemos todo el año, siempre con receta similar.


Lombarda rehogada.

Una lombarda
Tres o cuatro patatas grandes.
Ajo
Aceite
Sal
Pimentón
Y si hubiera o hubiese, piñones y/o pasas.

Yo pico toda la lombarda y la meto en la superrápida con la patata pelada y cortada en ocho trozos. Se cubre de agua con una cucharada de sal y la dejo, desde que pita la olla, 10 minutos. Se escurre bien el resultado. Las patatas cogen un color morado de lo más curioso. Mientras se escurre, se pone a calentar aceite y se saltean en dos o tres dientes de ajo, despacito, que se ablanden y se doren. En ese momento se añade la lombarda y las patatas que te vayas a comer (de una lombarda pequeña sale para cuatro personas, más o menos) y una generosa cucharada de pimentón dulce. Se le añaden al gusto piñones y pasas y se sirve bien caliente. Más fácil no puede ser. Eso si, la olla podría haber sido low cost sin problemas. Lo dicho, pagamos la novatada…:)

lunes, 12 de diciembre de 2011

Festival de Black Angus.

Aunque las quedadas con los amigos de la sierra no necesitan mayor excusa que la de pasarlo bien, esta vez centramos la temática en la comida. Gracias a Carlos y su contacto, conseguimos unos maravillosos T-Bones y unos filetacos de lomo alto de la variedad vacuna Black Angus.


Los T-Bones simplemente se pasaron por la plancha a tope de calor para sellarlos, para luego darles con la raclette grill un golpe de calor ya en la mesa, trozo por trozo, para degustarlos siempre calientes. El lomo directamente se hizo en la mesa. Ambas fueron saladas convenientemente tras estar hechas. Usamos como curiosidad una Sal del Himalaya, aunque sinceramente no le aportaba más que la originalidad. Ambas carnes de grandísima calidad, justificando los 28 euros por kilo pagados (y eso gracias al contacto, claro). Tiernas y jugosas, con una buena proporción de grasa veteando el tema. Ciertamente no es algo para todos los días, pero merece la pena probarlo alguna vez. Salimos a 800 gramos de carne por persona y creo que casi todos habríamos tomado un poco mas.


Vinos, risas, trufas de chocolate, “Clint’s Favourites” y demás historias hicieron de nuevo una gran velada. Sin duda repetiremos experiencia.
Nota: el proveedor de la carne fue Musée Gourmet, por si os interesa. Y no, en la web no viene el Black Angus, pero lo era. Contactos...:)

domingo, 27 de noviembre de 2011

Culo veo, culo quiero: bombones rellenos.

Esta semana me he marcado el típico culo veo, culo quiero con Dulces Bocados. Vi unos bombones cónicos que tenía una pinta estupenda, rellenos de crema de pistacho, y no he podido evitar el gusanillo de tener que probara a hacer bombones rellenos.
No tuve que buscar mucho: los moldes que usa ella los venden en el cortinglés. Incluso tenían los cónicos, pero así, como para primera experiencia, me parecían más complicados que los que al final compré. Y aquí va el resultado de la tentativa. Adelanto la pinta del primer desmoldado, con las manos todas achoclatadas.


Bombones de crema de almendras

50 gr de agua
25 gr de azúcar
Un huevo
50 gramos de almendras molidas (en mi caso machacadas).
100 gr de mantequilla
150 gr de chocolate negro

Empezamos haciendo la crema. El resultado sinceramente dejó un poco que desear, así que habrá que depurar un poco el tema. Se ponen agua y azúcar al microondas a plena potencia hasta que hierva, un par de minutos más o menos. Se añade la almendra molida, la mantequilla en trocitos y se menea hasta que se mezcle bien. Se bate el huevo y se mezcla también. Y a la nevera a que se enfríe y coja consistencia. En mi caso o demasiado agua o le sobraba la clara del huevo. Aquello no cuajó mucho y luego el relleno es un poco ligero, por no hablar del sabor un poco excesivo a huevo. Lo dicho, hay que refinar y buscaré otras recetas de rellenos.
Mientras se enfría, derretimos el chocolate en el microondas. Ojito con quemarlo. Ya sabéis: en trocitos, medio minuto al micro a tope, se saca y se remueve, otro medio minuto, sacar y remover…así hasta que esté todo derretido. Atemperar el chocolate (lo ideal es echarlo sobre mármol y darle vueltas, yo me conforme con tenerlo un rato en la ventana y remover). Llenar el molde con el chocolate ya atemperado, dar unos golpecitos para que no haya burbujas,dejar unos minutos para que se endurezca la capa exterior y vaciar, guardando ese chocolate, que luego tapará la crema... Es una operación muy cochina, os va a encantar!!! Hay que intentar que la superficie del molde quede lo mas limpia posible, que si no al desmoldar las pasareis canutas. Dejar enfriar un poco. Rellenar con la crema y completar con el chocolate que habíais guardado. Dejar un ratito al fresco y desmoldar. Ya os digo que ese de la equina, el primero en taparse, salió chungo...


Me cargué un par de bombones al desmoldar, pero en general salieron fácil empujando desde abajo con el dedo y dando la vuelta al molde. Como primer experimento puede valer. Ya os digo que al relleno hay que darle una vuelta aún, pero la cosa promete. No pintan mal, ahi, dejando chorrear el relleno...

jueves, 24 de noviembre de 2011

Tapeo para el fin de semana.

Últimamente estoy llegando un poco "pelao" a la información de algunos eventos. Éste de hoy vuelve a ser el caso y es que el informador que tengo por la zona no ha hecho bien su labor (alguien me debe unas cañas....). Pero bueno, al menos queda el fin de semana entero para disfrutar de la sexta edición de ‘Prosperidad de Tapas’. Hasta el 27 de Noviembre (a partir de las 20:00, incluyendo 12:30 a 16:00 sábado y domingo), por 2,5 €, podrás explorar el barrio de bar en bar y escoger uno de los 42 aperitivos con su correspondiente caña de cerveza o copa de vino. Por lo que he podido ver, parece que vuelve a ser un buen año para visitarlo, despues de que hace 2 bajara el nivel y el año pasado mejorara un poco. Ya veremos qué tal este!!! :)


Y para futboleros, parece que la temática de las tapas de este año es el derbi madrileño que se jugará el domingo.A ver que se les ha ocurrido.

Para que comparéis con otras ediciones de esta ruta de tapas aquí tenéis antiguos reports.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Moda de otoño en GDAPC

Moda otoño-invierno en ensaladas de desintoxicación tras entripadas

Para ella, tonos rosas: picadillo de palitos de cangrejo, cebolla y manzana con salsa rosa acompañando una juliana de hojas de lechuga Iceberg (no es la que tiene mas sabor, pero su crujiente textura nos encanta). De complemento, tomatitos cherry.


Para él, ocres y verdes: cebolla y manzana cortados en pluma, la misma lechuga y una lata de sardinillas en escabeche, generosamente regados con vinagre y moderadamente con aceite de oliva virgen extra. Curiosamente, en casa las ensaladas prácticamente nunca llevan sal… Conjunta estupendamente con la media hora de bici estática diaria que llevo haciendo desde el lunes.

Ya es otoño en GDAPC…

lunes, 21 de noviembre de 2011

Ley de la causa - efecto aplicada a las entripadas.

Más o menos todos hemos oido hablar de la ley de la causa y efecto. Tal acción produce una situación determinada. Vamos a ilustrarlo de una manera sencilla:

Las causas:

Tras el interesante pesaje de la Wii de entradas pasadas, parecía que estaba destinado a iniciar unas jornadas depurativas. Ya sabéis, un poquillo de régimen y tal. Pero la realidad fue muy diferente.
-Jueves: disfrutando del 2x1 en La Sureña.
-Viernes: Noche de fritos en casa. Cada cierto tiempo, más o menos una vez al mes, arrasamos el congelador y freimos todo lo freible. Unas magníficas croquetas de mi madre, unas rabas de la Sirena, unos extraños saquitos de gambas al ajillo comprados en tiendas chinas...De todo, flanqueado por tanta salsa como encontremos.


-Sabado: Aquí teneis el chup chup de una paella carnivora con pollo, chorizo y lomo. Suave. Por la noche, viendo el fútbol, procedo a enumerar, y algo me dejaré: pulpo, empanada, jamón, queso, morcilla, tortilla de patatas, ensaimada rellena, muffins...y una copita para celebrarlo, en casa de los suegros.


-Domingo: al hermosos plato de lentejas con chorizo y costillas del medio día, cortesía de nuevo de mi madre, se unió un pack de tres pizzas familiares de Telepizza a repartir entre cinco...Buen remate de cuatro días gloriosos para el estómago.

Las reacciones:

-La Wii no daba crédito cuando me pesé, al llegar a casa tras la ingesta de pizza. Me preguntaba si tenía algo cogido en brazos o qué. Un +2,7 kilos. Con dos cojones. A eso le llamo yo "jornadas depurativas".
-Esta foto es de mi pantalon. Hoy ha petado. No se en qué momento de la tarde ha ocurrido, pero creo que he ido paseando mis Calvin Klein azules por toda la oficina. Ya decía yo que la gente me miraba demasiado a los ojos, como diciendo: "Te estoy mirando a los ojos, no...ahí". Me he dado cuenta en el camino al coche, que ha sido cuando he notado fresquete... Al llegar a casa, dándolos por perdidos, me los he quitado a lo Hulk Hogan, de ahí que la foto no acabe de reflejar la realidad, ya que están más rotos.


Digamos que, simplemente, el agujero sólo daba para que asomara la cabeza uno de los gemelos...

En fin , que en esas estamos...Hoy gimnasio y manzanas. Agradeceré las muestras de apoyo y comprensión...:)

jueves, 17 de noviembre de 2011

Tan sencillo, tan rico.

Ésta es una de esas recetas sencillas y muy agradecidas. Además, la primera vez que la haces es un poco experimental, te sientes investigador. Lo de cubrir de sal, lo de romper la costra y ver qué sale de ahí…Otra gran ventaja, en mi caso al menos, es que es de las pocas recetas que en casa no perpetro yo: lo prepara Laura. Y eso incluye el que sea ella la que se entretiene en servir el pescado ya libre de sal y espinas…Y eso de que te den el pescadito ya limpio no tiene precio!!!
Es un plato sano, sanote, casi de régimen si no fuera porque le metemos siempre de acompañamiento mogollón de patatas panaderas…así no hay quien levante cabeza y así seguimos, dice la Wii : obeso perdido...


Dorada a la sal para dos.
Dos doradas “de ración”. En nuestro caso cada una pesaba 500 gramos (que luego se queda en bastante menos, claro)
Un paquete de sal gorda
Dos patatas grandes (esta vez una de ellas era realmente enorme…)
Una cebolla
Un pimiento verde
Aceite
Sal


Empieza con las patatas panaderas, que más o menos estarán justo cuando termine de hacerse el pescado. Las pelas, las cortas en láminas del grosor que te guste y junto al pimiento y la cebolla en juliana ponlas a confitar en aceite, con el fuego bajito. Se precalienta el horno a 220 grados. Mientras pones en una bandeja de horno una capa de sal gorda y sobre ella, tumbaditas, las doradas. Las recubres de sal, sin dejar huecos. La cola puede quedar al aire. Mete la bandeja en el horno y 35 minutos después ya estarán hechas.


La sal, con la humedad que le suelta el pescado desde dentro y el calor exterior se convierte en una capa compacta. Rómpela como puedas (lo habitual es con la parte de atrás de un cuchillo) pero con cuidado de no cargarte el pez que hay dentro. Sólo resta ir desespinando y pasando a un platito el jugoso pescado. Ese trabajo petardo lo hace Laura a la perfección. Pocas espinas se escapan.


Se le añaden al plato las patatitas, que habrás sacado del aceite, escurrido y salado convenientemente, un chorrillo de aceite sobre el pescado y la comida está servida.


Con un tintito cayeron y luego siesta...Para qué queremos más...

lunes, 14 de noviembre de 2011

A catar que son dos días...

Os dejo aquí unas cuantas buenas opciones para profundizar un poquito (gratis o casi) en el mundo del vino. Cortesía de Rosa, del curso de cata municipal en el que estuve un par de años. Estas catas que ofrecen las denominaciones de origen o algún otro organismo vienen muy bien para foguearse en el noble arte de la cata, para entrenar paladares y olfatos y para, con entrenamiento, conseguir no salir muy amoñado de estos eventos. Echad un ojo a cada entrada, ya que algunas no piden más que asistir, alguna pide confirmación telefónica y otra de ellas es enrada pero con descuento (ya os digo que por 3 euros merece mucho la pena si te gusta el vino joven).

Os dejo tambien el enlace sobre cómo comportarse en este tipo de eventos...para que no os lieis ni la lieis...:)



Rioja alavesa




PRIMER 2011




VINOS JÓVENES DE LA MANCHA, 2011




Que los difrutéis...


domingo, 13 de noviembre de 2011

Montaña de cocido montañés

Desde que tengo la nueva supercacerola parece que cada cierto tiempo tengo que hacer algún guisote. Tengo tan poca experiencia en esos platos...Pero lo cierto es que me encantan y tengo unos cuantos aún en la recámara. Lo que igual debería hacerme ver es el tema de las cantidades. Me mola ver ese pedazo de recipiente lleno a rebosar, haciendo chup chup y teniendo problemas para dar vueltas al contenido sin que acabe yendo de excursión a los fogones. Me siento un poco Panorámix, un poco Gargamel, removiendo esos calderos enormes, esas marmitas... Esta vez salió comida calculo que para unos…joder, para unos 16 con buen apetito. Y éramos siete!!!! Así que tuppers de regalo para todos y alguno que me guardé para mi disfrute personal. Tuppers de qué? De cocido montañés.  

Cocido Montañés para 16 montañeros.
800 gramos de judías blancas de riñón, de las chiquititas. 
6 chorizos 6 morcillas de arroz 
Una oreja de cerdo, troceada. 
800 gramos de costillas de cerdo frescas troceadas. 
800 gramos de panceta cortada en tiritas de bocado 
Aceite 
Agua 
Sal 
Pimentón 
Harina 
Berza 
Grelos 
4 patatas 
4 dientes de ajo hermosos.

Pon en remojo doce horas las judías. Lo típico de dejarlas por la noche. Yo lo hice diferente porque el guiso quería comerlo de un día para otro, que parece que coge más sabor, así que antes de irme a currar puse las legumbres en buen remojo. A la vuelta por la tarde, a eso de las 20:00, inicio las hostilidades. Tiro el agua de las legumbres y las paso a la supercacerola, junto con todos los productos del cerdo, pinchando los chorizos y las morcillas para evitar explosiones. Tanto los choris como las morcis las cogí directamente de esas bandejas para barbacoa. Que me como la cabeza muchas veces buscando chorizos de mejor calidad y me quedan secos luego. Éstos quedaron perfectos. Chorreón de aceite, agua hasta cubrir todo y sal. ¡Ah…, la sal!!!!! ¿Cuánta? Pues yo que sé…fui echando y probando de vez en cuando y siempre me parecía poca, pero iba con miedo de que aquello de repente se pasara de salado. Así que eso, con mesura al principio y la última media hora de cocción añadid el resto.


Pues nada, a fuego lento se tirará, para estas cantidades, unas buenas tres horas en total. A los 30 minutos retirad las morcillas para que no se rompan. Id quitando la espumilla que os irá saliendo. Yo me tiré un ratito entretenido con el tema. Añadid tres vasos de agua fría, uno cada media hora, para asustar las judías, cortar la ebullición. Dicen que hace que queden más tiernas. No se si funciona o no ni porque, pero por si acaso yo lo hice y el resultado ahí está. Ahora tenemos tiempo para el resto de historias. Pela y trocea los ajos y ponlos a freír en un poco de aceite, despacito, que se doren pero queden blanditos. Ponedlos en el mortero con una cucharada sopera de pimentón dulce y machacad a conciencia. Añadid dos cucharadas soperas hermosas de harina y disolved en un vaso de caldo de la cocción. Este mejunje se añade al perolo la última media hora de cocción y le da ese punto de espesante, color y sabor extra tan agradecidos. Lo otro que hay que preparar son los grelos y las berzas. Originalmente la receta lleva berza sólo, pero como no la encontré compré grelos. Finalmente de rebote acabé en un mercado que tenían berza y compré también y usé ambas. Cuanto? Como medio kilo de ambas, quizás más.Ved en la foto la cantidad de berza.


Quita los nervios duros de las hojas y trocéalas pequeñitas. Pon agua a calentar y cuando hierva, añade berza y grelo. 5 minutos y las sacas, poniéndolas en agua fría y dejándolas ahí. Pela las patatas y pártelas en cuartos. A las 2 horas y media de chup chup añade a la olla la mezcla de harina, ajo y pimentón, la berza y los grelos escurridos, las patatas cortadas y de nuevo las morcillas. Remueve y prueba de sal y corrige. Cuando la patata este cocida, ya está. Es una auténtica gozada de plato.


Yo lo dejé reposar toda la noche y al día siguiente, 40 minutos antes de empezar a comer lo puse a fuego lento de nuevo para calentarlo. Tremendo, ya os digo. Me encantó…y tengo para varios días más…:)


Acompañado por un gran Ysios cortesía de Miguel Angel, de Esos Cociditos, que me da aceso a sus pedidos, plato triunfador.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Otro básico: TGI Fridays

Llamémoslo básico o clásico, para el caso es lo mismo. Al final, como ya decía en el post de La Fábrica de la Cerveza, no son los restaurantes de 60 € el cubierto a los que solemos volver, sino a los sitios “de pelea”, comida rápida y no por ello siempre mala, que nos gustan y que no divierten. Por eso recordaré ir posteando sobre estos restaurantes olvidados generalmente por ser, precisamente, los más concurridos por nosotros. Este en concreto fue inspiración de una de mis primerísimas recetas de todos los tiempos, la primera vez que usé un horno. Y fue para hacer unas Loaded Potato Skins del “TGI Fridays” (por cierto, es Thank Goodness –o God- It's Friday, algo a si como Gracias a Dios, al fin viernes!!!). El que solemos visitar últimamente es el de nuestro centro comercial de referencia, el Plaza Norte 2, en San Sebastian de los Reyes. El sitio es enorme, pero al estar en el centro del parking entre Ikea, Mediamarkt, Carrefour y demás siempre va sobrado de clientela a la hora de cenar. Especialidades típicas? Hamburguesas, fajitas, nachos…ya sabéis, american restaurant. Las dos fotos que ilustran el post hacen buena idea de lo que allí se cuece…o fríe. Por una lado los nachos con pollo y queso, con buena cantidad de guacamole, sourcream y pico de gallo para montarlos. Gran ración en sabor y tamaño, de las de pedir de entrante para compartir.
En esta ocasión de segundo la Hamburguesa Jack Daniel’s, hermosota, con bacon y queso, y que lleva una salsa especial hecha a partir de ese bourbon…Bueno, no... precisamente en la quedada de hace nada disertamos sobre la que JC ha dado en llamar Clint’s Favourite (por Clint Eastwood) y no es bourbon, sino whiskey de Tennessee. Como dice la Wikipedia : “El método de destilación es idéntico al del bourbon en prácticamente todo, y la gente suele confundirlos. La diferencia más notable es que el Tennessee whisky es filtrado en carbón de arce sacarino, dándole un sabor y aroma únicos.” Pues eso, que lleva una salsa con base de bourbon que le aporta un sabor peculiar. El Fridays, resumiendo, un buen lugar para unas hamburguesas de cada día…:)
Por cierto, para los esponjas como yo es bueno saber que tienen refill de refrescos, es decir, pagas el primero y a partir de ahí, barra libre. Bendición con la que nos ha premiado el grupo VIPS en general y algunos sitios más ( Hollywood, America’s Dinner, etc…)

lunes, 7 de noviembre de 2011

Abufeteando.

Nueva reunión de los (generalmente triperos) amigos de Corepo / Montenebro. Lo habitual es que las cenas o comidas que compartimos no sean lo fundamental en las quedadas, sino las risas que nos echamos. Quizás por eso hemos prescindido un poco de calidades y hemos optado por una temática común en nuestros últimos encuentros: probar tantos buffets libres como nos vayamos encontrando. Ya hemos abordado el “Brasa y Leña”, el insigne “The Knife” (no me puedo creer que no tenga report suyo) , el especialista en sushis “Asian Kaiten”. En cada uno lo dimos todo!!! :) Esta vez hemos tirado también por otro local que basa su oferta en el sushi giratorio. Se trata de “Tokio Sushi”, en el exterior del centro comercial “Plenilunio”. Así, a primera vista, es un sitio más elegantón por ejemplo que el “Kaiten”. Mucho color negro y algo de diseño en unas mesas por las que va discurriendo la cinta transportadora de sushi. Hay que notar que es menos variado que el del “Kaiten” en el aspecto de makis y nigiris. No me gusta que en muchos de ellos incluyan pasta de judía roja dulce, que no viene al caso. Sin embargo, de alabar el nigiri de salmón, pon un pez muy graso y sabroso, cortado de un grosor generoso que igual no es muy ortodoxo, pero hacía el bocado delicioso. Las frituras en general correctas, desde mi punto de vista sin más. El resto de comensales opinaba que estaban por encima del “Kaiten”. Lo mismo decían de la comida china ya cocinada, tipo cerdos agridulces y demás. Había un platillo especialmente bueno con ese toque agridulce.
A favor del “Tokio Sushi” está el tener plancha en la que te preparan en el momento una variedad de carnes, pescados y verduras. Pero un poco flojo. Mejor el Wok del Plaza Norte para esos menesteres. Aun así, y visto que tenían también salmón de esos que nos había gustado para la plancha, lo probé y estaba efectivamente rico. Desastrosas sin embargo las navajas: pusimos en común un plato con unas 15 y sinceramente, me comí tres y al ver que ninguna sabia igual que las otras me dio un poco de yuyu… Los postres poco variados, con los típicos helados a granel, un arroz con leche que era más bien leche con arroz y algunas frutas. Se salvaban los profiteroles, a los que les metimos un buen meneo. Con una par de botellas de crianza de Ribera del 2005 y algunas cervezas, salimos a 20 por persona, razonable para lo zampado. El extra de dulces y alcohol vino de manos de nuestro bienamado Litos, que nos obsequio en su casa con Brugales, Bombays y Jack Daniels acompañados de una buena selección de bombones y un pedazo de bomba de chocolate del Vait no apta para diabéticos. El cambio de día coincidió con su cumpleaños y así fue remojado. Thanks for all…and the alcohol…:)

jueves, 3 de noviembre de 2011

Más vale tarde...

Un poco tarde llego para hacerme eco de esto. Más que nada porque sé de buena tinta que las reservas se agotan rapidamente. Pero bueno, entre semana siempre habrá todavía posibilidades. Así que yo os cuento y si podéis pillar, disfrutadlo y contadlo!!! Empieza desde hoy mismo hasta el dia 10 de Noviembre una nueva edicion de la Madrid Restaurant Week. Para los que ya sabeis de que va, directamente pongo el enlace a donde encontrareis la información que necesitais, para no perder tiempo en llamar...:) La web es ésta de aquí.
Para los que no conocéis anteriores ediciones, se trata de unas jornadas en las que restaurantes de renombre ponen unos menús a precio único de 25 euros que nos permiten, de manera razonable, conocer los lugares y estilos de las cocinas que se apuntan a la iniciativa. Como aliciente extra esta la donación de un euro por cada menú que se consuma a una ONG (otros años, en cada sitio, ponía a qué ONG se destinaba, no se si este año será igual). En la web que enlazaba arriba tenéis el catálogo de restaurantes y un pdf con los menús que se ofertan en cada uno. Pues eso, que lo disfrutéis y no dudéis en pasar por aquí a comentar vuestras experiencias. pd: por cierto, gracias a todos los que seguís este humilde blog a través de Google Friends: ya hemos llegado a 100 followers!!!

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Entripada en La Sierra de Francia.

Ya me da miedo decir eso de “último fin de semana de buen tiempo”. Parece que No acaba de llegar la temporada de frío y lluvias. Aprovechándolo, este fin de semana nos hemos dado una vuelta por La Alberca, en la zona de la Sierra de Francia, en Salamanca. Un pueblo francamente precioso, merece la pena la visita. Las calles de estilo medieval están hasta arriba de tiendas de ibéricos, legumbres, etc…Tanto y tan bien tratan al ibérico, que le tienen hecho un monumento (el cochino es el de la derecha, por cierto)
No en vano estamos hablando de la zona donde esta Guijuelo. Eso si, alguna conversación/encontronazo con comerciantes de la zona nos lleva a lo de siempre: hasta qué punto se puede exprimir al turista? Porque llegas allí y todo tiene buena pinta, pero generalmente desconozco mucho los precios “normales” en los que se mueven los productos que allí se ofertan. Uno piensa que , estando en la zona de producción deberían estar a precios competitivos, pero…lo están? Sospecho que no. Aún así no pudimos evitar llevarnos unas cuantas legumbres, algunos embutidos y, cómo no, los típicos dulces de pueblo. Ya os contaré qué salida les damos. Intríngulis comerciales aparte, la Comida, con mayúscula, del viaje, la celebramos en un pueblo cercano a la Alberca e igualmente bonito, Mogarraz. Allí está el restaurante "Mirasierra". Como su nombre indica, las vistas que se disfrutan desde el comedor son excelentes, especialmente en una de las salas. Íbamos más o menos advertidos de que las raciones eran considerables, pero lejos de amedrentarme, pedimos cuatro platos para compartir. Total, un primero y un segundo para cada uno…Lo pagué caro con una entripada que hizo que la jodía noche de una hora más (tocaba cambio horario) se me hiciera más larga todavía. Si es que ni cené!!! Bueno, al tema. Cuatro platos, aunque uno de ellos ya aparecía en la carta como “para compartir”, así que pongamos cuatro y medio…:). Por cierto, a colación con el “clavo al turista”, decir que comí con cerveza pero estuve a punto de pedirme el vino de la casa, muy curioso, de rufete (uva desconocida para mi) y tempranillo, a 15 euros.Se llama "La zorra". Al final, como en un rato tendría que coger el coche, me contenté con cerveza, que me bajaría antes. Pero en el paseíto que dimos para bajar comida y birra, resulta que dimos con un mercadillo organizado en la plaza del pueblo. Y vendían ese vino…a 2,25 euros la botella. Joder con los márgenes!!!!! Ya os digo que me habría cabreado si me tomo el vino en el restaurante y luego veo eso. Pero anécdota clavatoria aparte, la comida si que mereció la pena. De primero un pucherito de garbanzos pedrosillanos con níscalos. Tuvieron a bien ponerlo directamente dividido en un platito cada uno. Platito muy correcto de cantidad. El guiso muy bueno, nada pesado pero sabroso. Los níscalos, por tal y como se está dando el año, los supongo de bote, pero aún así el conjunto estaba muy logrado.
El segundo fue un plato típico, el limón serrano. Es el que ponía ”para compartir”. Joder que si era para compartir. Una especie de guiso con base de vino que incluía huevos fritos (me pareció contar 4 antes de que los rompieran para servir), rodajas de chorizo, ajo, pimentón y rodajas de naranja y limón. Si, naranja y limón, en un guiso caliente. Toda una curiosidad. Estaba rico, pero cada vez que pillabas una rodaja de limón…tela!!!
Ya de ahí sales tocado de cantidades…Y aún venían los segundos. Unos poderosos pimientos rellenos de jabalí y boletus con salsa de castañas. Deliciosos. Laura ya flaqueó y yo me zampé tres de cuatro. Aunque ya habían caído además un par de hogacitas de pan y tres cervezas aún me mantenía a nivel.
Para rematar, unas albóndigas de morucha con setas variadas. Tres de cinco para mí. Y mojé pan.
Viendo cómo luego pasó la tarde y noche siguientes, se reafirma la teoría de que, si comes rápido, no da tiempo a enviar al cerebro la señal de “lleno” hasta que realmente no estas “rebosando”. Por ello aún aguantamos a probar dos postres de la casa, la tarta de castañas pilongas al chocolate, una especie de pudding con la castaña triturada por medio, tan rico como denso y un bizcocho tibio de chocolate con mermelada de higo chumbo y helado de leche merengada, otra bomba. Con un chupito de garnacha dulce, para más inri.
La cuenta ascendió a los 47 por persona. Creo que razonable para el nivel y cantidades mostrados. La cuenta no monetaria ascendió a dormir solo un par de horas en toda la noche, siempre boca arriba, con miedo a girar la cabeza y que se me saliera algo…:)