domingo, 19 de mayo de 2013

Libanés de porque sí.

Bueno, vamos a ver si nos vamos poniendo al día, que tengo entradas de abril aun sin meter...esta es de Semana Santa!!!! Una tarde cualquiera, tras un ratito de compras, y nos encontramos de repente cenando en un libanés. Resulta que han abierto uno en Sanchinarro y Laura lo tenía fichado, así que en lugar de acabar la tarde de tiendas en el Cortinglés llevando algo de zampar a casa, decidimos pasar a probarlo.
Su llama “Shukran”, en la calle Americo Castro 7. Tiene una buena terraza. Bueno, dos buenas terrazas, una abierta para la que hacía demasiado frío todavía y otra cubierta donde cenamos. La apariencia del sitio es moderna y la atención, rápida.
Un vistazo a la carta indica unos precios comedidos. Si bien las raciones no son enormes, para cenar cumplen y esos precios permiten probar varias cositas.
Nos tiramos por media ración de Hommos, esa pasta de garbanzos tan típica que hacemos de vez en cuando en casa y otra de Mutabal, similar pero hecha con berenjena y un punto más de limón. La verdad es que llenan bastante, con su pan, y están ricas.


Seguimos con el apartado “bolas”, por llamarlo de alguna manera. Por un lado Falafel, bolas vegetales amalgamadas con harina de garbanzo y especiadas, con una salsa de crema agria. Las otras bolas fueron Kebbe, rellenas de carne y rebozadas en (según la carta) polvo de carne…Curioso. Con una salsa de yogur. Ambos rebozados extracrujientes, y los rellenos bien sazonados.


De principal una pastela, rellena de arroz, carne, piñones, pasas…No parece muy grande, pero es altamente espesa, llena mucho!!!


Con un par de cervezas (aquí ponen Brabante, no me va mucho, pero bueno) y un coca cola, salimos a 17 por persona. Un sitio curioso a precio razonable. Y buen candidato a revisitar cuando la terraza abierta este mas calentita…:)

jueves, 2 de mayo de 2013

Triunfando en el Asador Cañada Real

Gran suerte la que tuvimos de elegir fin de semana para ir a Gredos. Con la reserva hecha hace un par de meses, el tiempo no parecía dispuesto a acompañar hasta justo esos días, que han disparado las temperaturas y nos ha dejado un sol espléndido. Aparte de lo que viene siendo turismo, obviamente teníamos que zampar por allí. Optamos por un restaurante en Santa María de Tiétar, perdido en un camino secundario, el “Asador Cañada Real”. El sitio, en mitad del campo, es una pasada de vistas, y lo aprovechan con grandes ventanales en la sala. Aunque casi nos la podríamos haber jugado a comer en la terraza del calor que hizo.
Tienen un espectacular menú del dia con migas de pastor y entrecot por 17 euros. El plato de migas ya casi te sirve para comer.



El entrecot no desmerece nada, tanto en calidad como en tamaño.



Entre los que no pedimos menú compartimos una ensaladita de ventresca sin mucha historia y unas patatas cebaderas, un revuelto con huevo y pimientos muy rico.



Al otro lado de la mesa, el suegro se destacó pidiendo un primero para él solo, un plato de judías que literalmente rebosaba del plato, descomunal y muy bien guisadas.



De segundos desfilo el plato de risoto más grande que he visto nunca. No es el más rico que haya probado pero estaba digno y desde luego la ración era generosa. Mirad el tamaño del plato!!!



Lo mismo pasó con el platazo de rabo de toro estofado y deshuesado. Ciertamente es lugar para buenos apetitos.



Lo certifica también el chuletón que me comí yo, perfecto de punto y serio de tamaño.



Con las bebidas, alguna tartita de postre y los cafes, que nos tomamos triunfales en la terraza al solete, salimos sobre los 25 euros por persona. Si pasas por allí, es para visitarlo sin duda.

NOTA: Ya no tiene vigor, en el lateral del blog, lo de treintañero...pasamos a cuarentañero!!! :)