viernes, 17 de septiembre de 2010

Moverse en una presentación de vinos.

No hace mucho que supe de la existencia de las presentaciones que cada año hacen las Denominaciones de Origen del vino. Madrid, como uno de los mercados principales nacionales, parece que concentra muchos de esos eventos. Y hay que aprovecharlo. Ya os he puesto por aquí alguna invitación para asistir. La última fue la de Cigales, a la que asistí el pasado jueves. No estaba especialmente motivado, entre el mal día que hacía y el cansancio de la semana, pero al final decidí darme un paseíto. No me arrepiento de ello. Os cuento un poco como van estas presentaciones. Suelen durar todo el día, pero claramente a partir de las siete de la tarde es la hora punta. En muchas de ellas no te piden ni la invitación, pero merece la pena esperar y darla en la mesa de entrada, pues suelen dar información sobre lo que vas a catar y a veces algún obsequio útil, como un cuadernito de catas para que apuntes lo que pruebas (recomendable llevar papel y boli por si acaso). Las bodegas asistentes se reparten en mesas, en las que exponen los vinos que han traído de muestra y van abriendo botellas para darlos a catar.



Las copas limpias suelen estar a la entrada del salón donde se celebra el acto. Ahí podéis coger cuando queráis. Alguna de las mesas de bodega también tiene copas. Tampoco es necesario cambiar de copa con cada vino (yo esta vez probé unos 15), pero eso si, cuando vayas a pedir de un vino nuevo en una copa usada, envínala (esto es, que te echen un pelín del vino que vas a probar para enjuagar la copa y lo tiras). Es una de las diferencias que hay entre el que va a probar cositas nuevas con ciertos conocimientos y ganas de aprender y los que van simplemente a saco a tomar vino. Otra diferencia se ve en que los más habituales no se beben todo el vino que les ponen en la copa (salvo que sea tan, tan bueno, que te de pena). Ten en cuenta que puedes catar 20 vinos sin despeinarte (en esta última había fácil 100 diferentes), así que solo un chupitín de cada uno es suficiente. Si tienes tiempo y pillas aún no muy cansados a las personas que atienden cada stand pregúntales dudas, que te aconsejen…Bueno para ellos y bueno para ti. Te enterarás de cosas muy curiosas. Tómate tu tiempecillo entre bodegas, incluso entre vinos, para descansar y apuntar impresiones. Bebe algo de agua, limpia las papilas comiendo algo (suelen tener picos de pan) y a por otra. Cuando acabes y decidas irte, hazlo con dignidad, sin hacer “eses”. He visto salir a más de uno muy perjudicado, así que contrólate: como decía, moderación con las cantidades, que hay muchos vinos que probar.Salud!!!!

pd: la imagen que ilustra el post, curiosa, está sacada de AQUI, donde se pueden comprar esos sujetabotellas..

1 comentario:

  1. Me apunto tus consejos por si un día consigo librarme del trabajo a tiempo para poder ir.

    Los sujeta botellas son super chulos!! Me encantan así que...tomo nota de la idea en un librito para catas y...a lo mejor en el próximo cumple o reyes se lo regalo a alguien que le guste el vino!

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