Antes de nada, recalcar lo sorprendente de que, en un sitio que también se dan bodas, bautizos y comuniones, que remarca que tiene restaurante, no sólo no tengan carta de vinos, sino que no tenían vinos!!! Bueno, es un poco exagerado. El camarero acertó a decirme que tenían “un ribera y un rioja crianzas”. Y bueno, aparte, como lujo, un Cune…Pedí el ribera crianza…y no era crianza, era roble. 12 euretes nada menos, pero quería cenar con vino y tragué con ese, un Mayor de Castilla bastante triste. La cena algo mejor, aunque tampoco para tirar cohetes. Un revuelto de gambas y espárragos correcto de sabor y con las gambas bastante bien hechas, jugosas.

Una ensalada de jamón de pato con exceso de balsámico, que quedaba muy dulzona.

De segundo, unos correctos chipirones rellenos de merluza con arroz, con una buena salsa.

Y unos lomos de cerdo con salsa de setas, creo recordar, de generosa ración y bien de sabor.

A los postres, un sorbete de mandarina bastante artificial, muy dulzón y una tarta de chocolate del mismo estilo.

Vamos, que gastronómicamente hablando el lugar es flojillo. No mejoró la cosa con el buffet del desayuno. Y es que desde el momento en que no me encuentro los huevos revueltos, la cosa ya no puede pasar del “Bien”…Algo de bollería industrial, tostadas, embutidos garrafón…Todo muy de pelea. Lo dicho, el entorno es precioso y el hotel, como base para hacer excursiones esta muy bien, pero lo que es para alimentarse, regulero. La cronología hace que este post tenga que ir antes del que realmente hizo que mereciera la pena el viaje…en breve, en breve…
Ohhh que delicia¡¡¡
ResponderEliminarBesitos.