lunes, 13 de septiembre de 2010

Lo inesperado

A veces las cosas se tuercen de manera totalmente inesperada y te das cuenta de lo volátil de algunas situaciones. Este viernes, tras planificar cuidadosamente una cena, nos encontramos a las diez de la noche compuestos y sin mesa. Con lo que cuesta elegir restaurante!!! Tras la selección y reserva a través de una de esas páginas de descuentos, nos plantamos allí. No daré nombres porque al fin y al cabo no creo que fuera sinceramente culpa de nadie. Pues eso, nos plantamos allí y el restaurante cerrado a cal y canto. Bueno, habíamos reservado para las 21:30 y eran las 21:10. Le dimos una oportunidad. Paseíto para hacer tiempo. A las 21:30, vuelta al local. Varios grupos de gente, con el papelito de la reserva en la mano, mirándonos unos a otros. Al final aparecieron un chico y una chica que resultaron ser camareros del local. Colgaron un cartel que rezaba que hasta el miércoles siguiente estarían cerrados “por baja”. La baja era que el chef había dicho esa misma tarde que pasaba de volver a currar. Los propios camareros parece que se enteraron camino a su trabajo. La manifestación se dispersó sin mucho ruido, alguna queja y poco más.



Tras un par de vueltas descolocados acabamos en la cervecería “L’Europe”, en la calle cardenal Cisneros. Bastante llena, pero había algún hueco. Íbamos con sed y me enfundé rápidamente una Leffe tostada de barril mientras dábamos cuenta del aperitivo que te ponen, en plan fiesta de cumpleaños de niño: ganchitos, cortezas, cacahuetes…Cayó una fuente variada de aros de cebolla, delicias de pollo, rollitos de jamón y queso y abundante salsa. Con otra cerveza más, algo menos de 10 euros por persona. Me consta que para celebraciones tienen un menu de 27 euros en el que durante una hora tienes barra libre de comida y cerveza, por si os interesa. Salí algo empachado de cacahuetes, como los monos. . Aún así llegue con fuerzas para dar una vuelta hasta "O! My God" y pedirme un heladito de yogur con topping de minioreos (como tres euritos o así).



Bastante ácido, con el dulce justo. Buena noche para pasear dándole al heladito. Así que al final la cosa no salió mal, aunque empezó de forma inesperada

1 comentario:

  1. Reconozco que eso de los cambios de planes en el último momento es una auténtica faena, pero...normalmente siempre acabas descubriendo algún restaurante estupendo escondido en un rinconcito y en el que jamás hubieras entrado de no ser una "situación desesperada".

    Me quedo con la heladería esa que cuentas que suena...ummm que rico!!!

    Besos

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