domingo, 2 de octubre de 2011

Tirando de cupones, Mezklum.

No se puede decir que la tendencia sea muy clara, pero creo que me estoy haciendo fan de las reservas de restaurantes vía cupones de descuento (Groupalia, Groupon, Restalo…). Ya comenté que no es oro todo lo que ahí reluce, pero ciertamente se pueden sacar buenas oportunidades de vez en cuando.

Esta me lo pareció y para allá que fuimos. Mezklum Tech Restaurant, en la calle Príncipe, 16, Madrid, pintaba muy bien. Entre otras cosas te da la posibilidad, si así lo reservas y les queda sitio, de cenar tumbado en unas camas que tienen. Yo lo vi claro, quería probarlas y así reservé. Gracias a la oferta, un menú para dos personas por 29 euros (habitualmente tienen uno similar a 20 por persona). No tengo claro por qué, pero tenemos la costumbre o manía de ir a cenar muy pronto. Casi siempre reservamos a las 21:00 en los sitios y muy a menudo somos los primeros clientes de la noche. Y a veces nos llevamos algún susto, como que a las 20:55 pasemos por la puerta y esté cerrada con candado!!! Así ocurrió. Ya estaba yo tenso cuando apareció alguien para abrir la puerta. Ya estaba todo listo.
El 100% de las mesas (bastantes) que se ocuparon esa noche venían con el menú ofertado. Vale, el restaurante posiblemente tiene menos margen con el descuento, pero el menú cerrado les permite ajustar muy bien cuánto y cuándo han de comprar.
Nos condujeron a nuestra mesa-cama a través del amplio local. Diversas salas muy bonitas (podéis verlas en el enlace). Y al llegar a la cama, gatillazo. Que si, que muy bonita, que muy original pero de repente pensé en mi flexibilidad y en la elegancia de zamparme unos huevos rotos tumbado como Nerón…Pedimos cambio a mesa de mutuo acuerdo, que a Laura tampoco le acababa de convencer la comodidad del tema.
El menú, sencillo, transcurrió con celeridad.



Una ensalada con queso de cabra, mango y vinagreta de frutos secos bastante sabrosa, generosa en piñones (hacía siglos que no los comía)Unos rollitos orientales con unas salsas mas bien sosillos.El timbal de huevos estrellados con chistorra y patatas fritas muy bien. Al final, es un plato que raramente decepciona. Huevo y patata se llevan como uña y mugre.

De segundos, a elegir entre tres, nos tomamos el rissoto de gambas y trigueros, que no estaba mal del todo, pero le faltaba el toque de parmesano y le sobraba un poco la sensación de estar sazonado con sopa de sobre de espárragos. Así dicho suena un poco chungo, pero no era para tanto, se dejaba comer.



Yo elegí el solomillo ibérico con salsa de fresa. Tirando a plano. Ni fu ni fa.

A los postres, el gran triunfador fue la tarta de dulce de leche. Potente como ella sola, dulce y agradablemente empalagosa. Fue un buen final.



Con el cupón de 29 para dos personas y pagando el extra de un par de bebidas (el menú incluía dos) y algo más de pan, pues a unos escasos 17 euros por persona, gran calidad-precio-lugar.

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