jueves, 22 de diciembre de 2011

Ribs, no es lo mismo.

Si de costillas hablábamos hace un par de posts, aquí viene otro sitio especializado en las mismas. Sin embargo, por unas cosas u otras, no ha calado ni mucho menos en nosotros como el anterior. La anécdota del “RIBS” no vino muy de jovencitos. Tirando de paga, ya que aún no currábamos, Laura me invitó, con el esfuerzo que suponían esas entonces pesetas, a comer allí. La cuenta serían unas 4.000 de entonces (24 euretes, a que parece menos?). A la hora de pagar…sorpresa!!!! A Laura se le había olvidado (o eso ha mantenido siempre) la pasta… De milagrito juntamos entre los dos esas 4.000 pelillas.
Esta vez no hubo problemas y además íbamos con oferta, un dos por uno en platos de la misma familia. El restaurante elegido es el que está en el centro comercial Plenilunio. Ya que hacía poco que habíamos tomado costillas, optamos por unas fajitas mixtas con sus aliños y unos huevos rancheros, con patatas paja y pisto picante.En general me pareció regulero.


La carne de las fajitas escasa y bastante seca, con muy poco pimiento y cebolla que le hubiera dado un poco más de jugo. Nada que ver con las de nuestro añorado Malpaso, el mexicano que cerraron en la Moraleja. Los aliños, guacamole, pico de gallo, sourcream y lechuga. Algo escasitos también. Los huevos, razonables, aunque el pisto apenas tenía sabor. Eso si, hay que reconocer que la presentación está currada


Vamos, que recordaba con más gracia el restaurante, posiblemente debido a la anécdota. A su favor el refill de refrescos, que para una esponja como yo siempre es agradable. Los precios de los platos, sin ofertas, se ponen en el entorno típico de estos sitios: entrantes sobre los 8, principales hasta los 15 euros.

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