miércoles, 21 de diciembre de 2011

Vamos de espicha?

Define la Wikipedia como espicha a “una reunión festiva asturiana en la que se bebe sidra. Consiste, o consistía más bien, en juntarse varias personas en un llagar para abrir o "espichar" un tonel de sidra”. La comida de empresa de este año, por cortesía de la compañera Blanca, ha tenido esa temática. En las espichas se comparte comida y bebida, no es en plan plato para cada uno y así lo hicimos. Para la ocasión fuimos a la "Sidrería Fifo", en la calle Francisco Javier Sauquillo, Alcobendas. El local es chiquitillo y entre nuestra celebración (veintipocos) y otra similar estaba el sitio lleno.
Disponen para cada mesa de un escanciador de sidra, esos aparatejos que hacen que no pierdas la mitad de cada botella apuntando con poca fortuna el chorrillo. Se bebió sidra y albariño, pero las cosas no son como antes…Los pedales que alguno se cogía en estos eventos han quedado en nada entre la edad, la lejanía del centro de Madrid y el miedito a los controles y las pérdidas de puntos….Bueno, todo esto y que somos unos tíos responsables y comprometidos…:)


Empezó a desfilar ración por ración, con resultados variados. Algo lenta la cadencia: parecía que estaban un poco sobrepasados por las circunstancias de ambas grandes mesas. Empezamos por una cecina correcta y unos cogollos con anchoas y ventresca, sin más historia.
Tras ellos, tres tortillas, a saber, de cebolla, de pimiento y de chorizo. Muy ricas las tres, especialmente la de chorizo y la de pimientos. De ésta, como de algunas otras raciones, se me escapo la foto.
Tardaron algo en llegar las croquetas de Cabrales, de buen tamaño, cremositas y de sabor no demasiado fuerte (salvo para los que no les gusta nada el queso, que alguna sorpresa hubo).



El bacalao rebozado fue normalito. Llego más o menos a la vez que las patatas Fifo, con salsa de Cabrales. Esas no fallan y llenan, lo que también es importante. Sin foto hubo unos pimientos de Padrón, algo fuera de fechas y unos chorizos a la sidra, fuertes de sabor pero flojos de textura


Los mejillones Fifo eran curiosos. La salsa, una especie de teriyaki dulzona, tenía su punto. Los moluscos bien de tamaño y de cocción.


Las costillas no es que estuvieran mal del todo, pero no puedes ponerles exactamente la misma salsa que a los mejillones en el mismo menú.


Los pajaritos, sin estar al nivel de los de “El corral de la Joaquina” de Pedraza, tenían un pase. Además llevaban gambitas rebozadas, que siempre vienen bien.


Unos espárragos trigueros, pues eso, espárragos.


Pedimos también, aunque no hay pruebas fotográficas, unos entrecotes troceados, para complementar. Lo cierto es que al ser el servicio lento, no acabas de tener nunca la sensación de estar ya saciado, por decirlo de algún modo.
A los postres unas tartas de sidra u orujo y, por desgracia, arroz con leche. Por desgracia porque al verlo (que me encanta) y al ser un asturiano (se les presupone grandes skills en el tema), no pude evitar pedirlo. Muy malo, típica textura de haberse cocido aparte y añadido la leche dulzona después. Ni siquiera estaba en su punto de cocción. Las tartas, normalitas, algo mejores que el arroz pero no para tirar cohetes. Algo industriales.


La cosa se saldó, con los cafetitos, unas cuantas botellas de sidra y vino y demás, sobre los 28 euros (los precios individuales de las raciones están en el enlace que pongo en el nombre). Unas cosas bien, otras no tanto…No hubo opción al chupito invitación de la casa. No sabemos si lo iban a poner o no, pero es que se fue la luz en toda la calle y claro, a oscuras no parecía plan...:) Cuando yo me fui aún seguían así...

1 comentario:

  1. Hola Pachi, muchas gracias por esta crónica tan bien documentada, pero sobre todo por habernos juntado un porrón y haberlo pasado tan bien. Da hambre ver las fotos, ¡Qué rico estaba todo!

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