El sitio se llama “Sita”, en la Plaza de Manuel Rodrigo, 7 (Madrid). Las fotos de la web engañan un poco respecto al tamaño. Es más chiquitito, con una zona de sofás cómoda, para tomar copas y otra de mesas contigua, no muy grande, como para unas 10. Se acabo llenando. Sábado, eso si. Agradable, con una decoración curiosa. El servicio correcto, sin demoras, aunque con algun detallin de inexperiencia, como traer la botella abierta (se ofreció a abrirme otra sin problemas, aunque no hizo falta), no apuntar la comanda y fiarse de la memoria, con lo que le tocó volver para confirmar o preguntar si nos cambiaba los platos tras el primer entrante, cuando la salsa de yogur en cada uno de ellos lo dejaba claro.
Tras decidir que me iba a fundir un Ribera con algo de barrica que no recuerdo, pasamos a elegir y degustar los siguientes platos.
Unas samosas vegetales con yogur y menta. Razonablemente bien, correctamente especiadas y bien crujientes. Lo cierto es que las masas fritas de ese tipo es raro que no pasen la prueba. Con la salsita muy apropiada.
Seguimos con un foie micuit caramelizado con tostas. Estaba muy bien de sabor, pero extrañamente duro. Por un momento pensé que podía estar congelado y que no lo habían sacado de la cámara con tiempo, pero no, no estaba tan frío. Raro, pero rico, con una mermelada casera ligera y agradable.
De segundos yo iba con el antojo del steak tartar. Me gusta que me lo aliñen a la vista o que me dejen a mi los aperos para aliñarlo yo, pero no me importo mucho: el punto estaba perfecto, de pimienta, sal y un toquecín picante. Riquísimo. Eso si, visualmente era exactamente el mismo plato que el anterior!!! Es un detalle tonto, pero no cuesta nada darles un punto diferente con unas hojas, un detalle, no se…De hecho no hice foto, no se por qué, pero imaginaos el anterior con carne de tartar en lugar del foie.
Para Laura un abundante cuscus con verduras, del que yo me comí fácil la mitad. A pesar de que el plato podría resultar pesado, no lo era, y con la salsa y las verduras estaba muy bien.
Por picar un poco de la carta de postres pedimos una tarta de queso. Presentada en un vaso, resultó estar realmente rica. Sin excesos de dulce y con un toquecito creemos que de canela. No me va mucho en las tartas de queso pero en esta quedaba bien.
Con el 30% de descuento, se nos quedo la cosa en poquito menos de 30 euros, con el vino y las cocacolas incluidos…Al menos yo salí muy saciado, el cuscus sobre todo es grande...Nada mal!!!
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