El sitio al
entrar sorprende por varios detalles. La cocina esta tras una cristalera a la
vista: después de tantos programas de Pesadilla en la Cocina, como para no
tenerla disponible para echarle un ojo. Luego tiene varias parrillas de buen carbón
distribuidas en la sala, donde los cocineros van preparando las especialidades
que lo requieren. Otra curiosidad son las mesas, que tienen una apertura
central llena de hielos, para mantener frías las bebidas, especialmente las
cervezas internacionales, mientras comes.
Ciertamente nos
vino bien tener esos enfriadores, porque en cuanto a los tiempos de servicio,
fue un poco en casa de herrero, cuchillo de palo. Entre que pedimos y llegó el
grueso de lo pedido, transcurrió algo más de tres cuartos de hora, en los que
solo comimos una sardina. Anda que no ha montado Chicote pollos por eso en los
restaurantes que visita!!! Tardamos un poco en quejarnos porque parecía que estábamos
jugando a imitar el programa, pero tras 40 minutos largos ya dimos el toque. Algún
problema debió haber con nuestra comanda porque tras reclamarla en seguida llegó
todo.
Curiosamente he perdido las fotos de los platos, pero si conservo esta otra, supermajo el tío...:)
Así que de las viandas, solo descripción:
- Primero esa sardina, con pan rustico y aceite de mar. En su punto, casi se deshacía en la boca.
- La tortilla con cebolla y alioli, rematada ligeramente en la parrilla, era curiosa.
- Muy recomendable el bocata de panceta y pepino, servido en un mollete de pan japonés blanco.
- El pincho de cocido madrileño, chorizo, tocineta y zanahoria, con su caldo, bien, aunque creo que estaría mejor en caliente que en frio.
- Bien las albóndigas de cerdo lacadas con miel de romero.
- Para acompañar no dejéis de pedir el puré de patatas meloso y las patatas fritas en tempura con salsa de sésamo. Tened en cuenta que todas las raciones son pequeñas (también los precios) y que viene bien un acompañamiento para no solo disfrutar, también llenar…:)
- Caímos en probar los postres y fue todo un acierto. Por un lado el riquísimo helado de fresa y wasabi, crema de chocolate y galleta de jengibre. Ojo, refrescante pero el punto picante se nota. Así que cuidadín con lo que nos gusta a la hora de pedir.
- Por otro lado el crumble de manzanas con helado de vainilla, bien dulce, más clásico.
Salimos del sitio
contentos por unos 20 por persona con las cervezas y la coca cola.
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